El territorio que ocupa el municipio de O Irixo, tiene fama de ser fructífero y productivo, muestra de ello es la alta producción de cereales que se realizaba. Los usos agroforestales existentes, la excelente calidad del ganado local, así como el coraje y espíritu de lucha de sus gentes, han convertido a O Irixo en un ejemplo de gestión del sector primario, pilar de las familias de Regantes.
El paso del tiempo, el envejecimiento de la población y el progresivo detrimento del campo en favor de los pueblos, hizo que aumentara el abandono de las tierras. Las tierras que alguna vez lucían limpias y productivas ahora son arbustivas y abandonadas. Arboledas y robledales que parecían podados y trabajados, ahora lucen abandonados y sin uso, y en el peor de los casos, sustituidos por especies arbóreas que igualan su rápido crecimiento, con su velocidad de propagación de incendios. No había casa en la que no hubiera animales, no solo para autoconsumo, sino para comercializar crías y excedentes. Una muestra del detrimento que hemos sufrido a lo largo de los años es la muerte de la Feria del Tellado, que hace ni 50 años era un ejemplo en la zona, y llegaban visitantes no sólo de todo Ourense, sino también de fuera de la provincia.
El Irixo tiene potencial, su gente sabe explotar la tierra, tienen la llave en cualquier proyecto de revitalización, conocimiento y buen hacer, tenemos agricultores expertos, ganaderos y recolectores que siempre te han dicho que trabajar en la ciudad era mucho mejor la de la gente, la de los demás es mejor que la propia. Que desde pequeños les enseñaron a cuidar el ganado y la tierra, al tiempo que los empujaron a caminar hacia la ciudad supuestamente para mejorar su futuro.
Pero los tiempos están cambiando, y la gente está buscando oportunidades laborales en las zonas rurales, están viendo que la calidad de vida que tenían de niños, la han perdido siguiendo el rumbo que les marcó. Y es la administración la que debe tender la mano y facilitar que lo rural “anhele”, que lo rural sea una opción de vida y de trabajo.
El Irixo tiene la tierra, queremos crear y fomentar el trabajo, y con él crear la vida del pueblo, el crecimiento de nuestro pueblo, volver a escuchar a los niños jugar en las calles. Y para ello se plantea un proyecto ambicioso, con un objetivo fundamental: ilusionar a los vecinos, demostrar que O Irixo es una opción perfecta para el futuro.